El Chepete y El Bala,

la amenaza a las comunidades del Madidi y el Pilón Lajas

Autora: Miriam Telma Jemio

En 1999, ante la amenaza de un consorcio de empresas que intentaba ingresar a la operación turística, los indígenas conformaron la Mancomunidad de comunidades del Madidi y Pilón Lajas para defender su territorio.

Lograron su objetivo, el consorcio no entró a la zona. Así nacieron los emprendimientos turísticos comunitarios, principalmente Chalalán, rememora Alex Villca, actual gerente del emprendimiento turístico Madidi Joungle. Tras la creación de las dos áreas protegidas, estas poblaciones se adaptaron a las nuevas normas que frenaron de golpe las actividades extractivistas que realizaban en las comunidades para algunas empresas.

Quince años después una nueva amenaza pone en emergencia a las diecisiete comunidades (Carmen Florida, Real Beni, San Miguel de El Bala, San Antonio de Sani, Embocada, Asunción del Quiquibey, Gredal, El Corte, San Luis Chico, San Luis Grande, Torewa, Villa Alcira, Bolsón, Bisal, San Bernardo, Charque y San José de Uchupiamonas).

Esta vez es por el Proyecto Hidroeléctrico Chepete-El Bala declarado prioridad nacional por el actual gobierno. La generación de energía hidroeléctrica en la cuenca del río Beni, en el estrecho de El Bala, es un plan que nació hace más de medio siglo y fue descartado en varias oportunidades por su inviabilidad económica y alto costo socioambiental; la última vez fue durante el gobierno democrático de Hugo Bánzer Suárez.

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En julio de 2015, el proyecto se puso en marcha con la adjudicación del “Estudio de identificación del proyecto hidroeléctrico El Bala” a la empresa italiana Geodata. En julio de 2016, entregó su propuesta al gobierno, la cual contempla dos componentes: el Chepete, ubicado en el río Beni a 70 kilómetros aguas arriba de Rurrenabaque (Beni) y El Bala a 13,5 kilómetros aguas arriba de las poblaciones de San Buenaventura (La Paz) y Rurrenabaque.

Al igual que anteriores versiones, fue rechazada por los indígenas de Madidi y Pilón Lajas porque implica la inundación y desplazamiento de los territorios en los que ahora habitan.

A dos años de que arrancara el proyecto, los habitantes de la zona aseguran que no recibieron información sobre el impacto del proyecto en su territorio. Solo les hicieron conocer las bondades del mismo y de su importancia para el desarrollo del país.

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La Empresa Nacional de Electricidad (Ende), a través de las empresas que contrato para llevar adelante el proyecto, visitó algunas de las comunidades socializando los beneficios del mismo. El líder de la Mancomunidad de Comunidades de Madidi y Pilón Lajas, Valentín Luna, señala que antes de cualquier acción el gobierno debió realizar la consulta previa e informada como establece la Constitución Política del Estado y el Convenio 169 de la OIT.

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La CPE, en su Artículo 30, Inciso 15,establece el derecho de los pueblos indígenas a ser consultados cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles.

El Convenio 169, de la Organización Internacional del Trabajo sobre pueblos indígenas, determina como un derecho la consulta de buena fe siempre que el Estado impulse decisiones administrativas o legislativas, así como planes de desarrollo, texto similar al del artículo 19, sobre los derechos indígenas, de la Declaración de la Organización de la Naciones Unidas de 2007.

Alfredo Nay, de San Miguel de El Bala, no comprende el por qué este gobierno quiere construir una represa donde habitan pueblo indígenas, cuando otros gobiernos desistieron porque vieron que era alto el impacto y la inversión.

¿Qué va ser de nosotros?, pregunta Reynaldo Limpias y asegura que Ende no les dio información. No saben con certeza qué sucederá porque les llega información confrontada: una advierte de una inundación y otra afirma lo contrario, que se regularán los desbordes característicos del río Beni.

Algunas ONG, expertos y académicos del área, en diversos eventos, expusieron sobre los impactos que genera la construcción de los componentes del proyecto  tomando en cuenta los casos de otros países y son respaldados por el Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental presentada por Geodata para el proyecto. La inundación y el desplazamiento de las comunidades indígenas del Madidi y el Pilón Lajas son inminentes.

Proyecto Hidroeléctrico El Bala

“Componente 1 Angosto Chepete 400”

No entienden que el gobierno insista en seguir adelante con el proyecto. En los últimos tres años, luego de la inundación de 2014, en las comunidades realizaron varias mejoras, construyeron aulas, viviendas, algunos tienen nuevos campos deportivos, reforestaron con plantas como la caoba, mara, cedro, frutales, cacao, entre otros.

Se estima que entre 40 y 80 millones de personas fueron desplazas por las megarepresas en el mundo. Los principales afectados son los más pobres y vulnerables.

Algunos se preguntan para qué invirtieron en todos esos proyectos si sus comunidades serán inundadas con la construcción de las dos hidroeléctricas. Además, les desconcierta que la Empresa Nacional de Electricidad (Ende) ofrezca mejoras -en las pocas comunidades que logró ingresar-, carreteras, escuelas, postas a cambio de que acepten las hidroeléctricas.

“Ende fue con mentiras de que todo van a traer. Dicen que tenemos que aprovechar. Pero de qué sirve que tengamos maravillas aquí, si lo van a inundar”, señala Clever Clemente Caimani de Asunción de Quiquibey.

Lucía Canari comparte la misma opinión. Está segura que su comunidad quedará bajo el agua y no lo acepta, por eso adelanta que “si el gobierno quiere hacer siempre la represa”, va a tener que sacarlos muertos de su territorio.

La Mancomunidad no encontró respaldo en la Central de Pueblos Indígenas de La Paz (Cepilap), lamentan que su dirigencia sea afín al partido de gobierno. En 2007, mediante decreto se declaró de prioridad nacional el proyecto de El Bala. Esperaban que consultaran a las comunidades lo que no pasó. “En noviembre del año pasado, supimos que ya estaban metiendo máquinas en el Chepete y posteriormente tenían que hacerlo en El Bala, para hacer un estudio a diseño final”, comenta Luna.

Realizaron durante 12 días una vigilia, impidiendo el trabajo de la empresa Servicom, subcontratada por Geodata. Lograron su salida, la empresa incluso retiró sus herramientas de la región del Chepete. Tras esa situación, el gobierno llegó a algunas comunidades para hacer conocer la importancia del proyecto para el desarrollo del país.

EL BALA

Embalse

  • Inundación: 94 Km2
  • Área del embalse sobre áreas protegidas: 79Km2
  • Área total de influencia: 200.93 Km2

Datos técnicos y económicos

  • Potencia: 352 MW.
  • Producción anual: 2.195 GWH/año.
  • “Costo energía”: 97 dólares/MWh (dato según Anexo 1 Ficha Ambiental)
  • Fuentes de Financiamiento: Financiamiento externo: 70%, Recursos propios: 30%
  • Costo Total: Hay diferentes cifras en los documentos 1.151 y 971 millones de dólares

Habitantes afectados El Bala

  • 900 habitantes dentro del embalse
  • 290 habitantes en áreas colindantes

Fuente: Fundación Solón

CHEPETE 

Embalse

  • Inundación 676,72 Km2
  • Área del embalse sobre áreas protegidas: 100,61Km2
  • Área total de influencia de 1.931 km2.
  • Superior a la ciudad de La Paz que tiene 471 Km2.

Datos técnicos y económicos

  • Potencia: 3.300 MW

  • Producción anual: 15.471 Gwh/año

  • Precio de compra energía generada: 81 Mwh para obtener ingresos de 1.250 millones de dólares año.

  • Fuentes de Financiamiento: Financiamiento externo: 70%, Recursos propios: 30%
  • Costo Total: Hay diferentes cifras en los documentos 6.912  y 6.337 millones de dólares.

Habitantes afectados El Bala

  • 2.314 habitantes dentro del embalse
  • 1.660 habitantes en áreas colindantes

Fuente: Fundación Solón

De lo que no habla es del impacto que representa su construcción, dicen los indígenas, que ya conocen cómo les afectará ese megaproyecto que busca generar más de 3.500 megavatios de energía para venderlo a Brasil.

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¿Cuánto sabemos de El Bala?

“Ellos nunca van a informar los impactos negativos. Todo lo que es bueno informan”, dice Luna. Eso lo conocieron de la Ficha Ambiental, filtrado de Geodata. El gobierno no hizo público ese estudio que costó más de siete millones de dólares.

“Antes de todo deberían hacer la consulta previa, libre e informada, como dice la ley. Ahora ya es ex temporánea. No vamos a aceptar una consulta ahora. Esa es la posición de los comunarios”, afirma Caimani.

Ficha ambiental

“COMPONENTE 1 ANGOSTO CHEPETE 400”

Ficha ambiental

“COMPONENTE 2 ANGOSTO EL BALA 220”

Uno de los temores que tiene es que la represa o la montaña se derrumbe y la inundación arrase con sus pueblos, familias, cultivos y animales, sin que les dé tiempo a huir.

El líder la Mancomunidad dice: “No podemos vivir con ese temor. Ha pasado en otras regiones. Las represas no han dado resultado. Han tenido impacto negativo”. “El gobierno está ofreciendo hacer escuelas. Yo también aceptaría si no pensara en el futuro. Para qué puede servir una escuela de lujo si la represa la va inundar”, cuestiona Luna.

En la Mancomunidad dan por hecho que el gobierno logró convencer a la dirigencia indígena de San José Uchupiamonas para que respalde el proyecto hidroeléctrico a cambio de una carretera hacia esa comunidad. Valentín Luna cuestiona que ellos decidan por los afectados.

A San Miguel de El Bala no le alcanzará la inundación que provocará la central de paso de El Bala, quedará a dos kilómetros de las turbinas, lo que implica que deben desocupar la zona. “Vamos a tener que ser trasladados a otro lado.

Eso es un peligro para nosotros, de desaparecer”, explica Luna. Además, dice que no todas esas tierras son aptas para el cultivo como lo contempla en el Plan de Manejo del área protegida Madidi.

El albergue que tienen en el Parque Madidi quedará debajo del agua. Perderán toda la inversión que hicieron pensando en el futuro de sus hijos, para que ellos prosigan con el ecoturismo y la conservación del ecosistema.

Los pueblos chimán, leco, tacana, araona, ese ejas serán más afectados que nosotros, dice Luna. Sobre todo los ese ejas porque se desplazan en el río, viven de la pesca, solo el 20% hace agricultura de auto sustento, ni siquiera para comercializar. 

“Estamos corriendo ese riesgo, no solamente la represa, lo mismo va ser con el tema de exploración y explotación del petróleo”, asegura el líder de la Mancomunidad. Ya están marcadas por pozas para la exploración, uno en el río Tuichi y otro en río Hondo.

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Viceministro

Los indígenas están conscientes de que con las áreas protegidas lograron conservar el bosque, que antes era depredado por ellos y las grandes empresas. Consideran que es mejor conservar y tener emprendimientos comunitarios turísticos porque eso favorece a su calidad de vida. No se puede volver a sacar los árboles, a depredar “como quiere el señor Presidente. Sacar el mineral, el petróleo que tiene adentro el parque”, dicen.

El gobierno, sin embargo, insiste en la ejecución del proyecto y de su importancia para el desarrollo del país y de la región amazónica. Geodata ha retomado la actividad en el Chepete en  mes pasado, provocando la movilización de los indígenas de Torewa, la comunidad que será impactada por la represa Chepete.

El viceministro de Electricidad y Energías Alternativas, Joaquín Rodríguez, asegura que el gobierno mantiene buena relación con los indígenas de Madidi y Pilón Lajas, y que se realiza la socialización de las bondades y de los impactos del mismo. “Mantenemos una buena relación y un diálogo franco”, afirmó la autoridad.

Cuando este medio le mencionó que los indígenas de las comunidades que serán afectadas rechazan el proyecto y la incursión de las empresas contrataron para realizar estudios en la región,  la autoridad aseveró que no conoce a la Mancomunidad y que única entidad reconocida legalmente es la Central de Pueblos Indígenas de La Paz (Cepilap), cuya dirigencia le comunicó que la Mancomunidad de comunidades de Madidi y Pilón Lajas no representa a nadie.

En noviembre pasado, el presidente Evo Morales aseguró que este es un proyecto anhelado por los paceños. “¿Los paceños qué me dicen? Hace 50, 60, 70 años hemos esperado este proyecto, y no faltan pequeños grupos con el pretexto de cuidar el medio ambiente quieren perjudicar no solamente a La Paz sino a Bolivia”. Morales acotó que con El Bala se generará 3.000 megavatios, con una inversión de 6.000 millones de dólares.

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