Pobre chaco si se acaba el agua del Aguaragüe

Autor: Rafael Sagárnaga L.

La segunda mayor riqueza del Aguaragüe es el agua, más aún en tiempos en los que el cambio climático global castiga más al chaco. Pero, se temen que los riesgos de la construcción de un túnel y ronda la zona el fantasma del fracking

Junto con el gas, el otro valor estratégico del Aguaragüe constituye el agua, que cada vez vale más. “El Chaco siempre fue seco, pero en los últimos cinco o seis años se ha agravado fuertemente la sequía –dice el capitán Víctor Barrios-. Ya se comenta mucho sobre el cambio climático. Si no fuera por el Aguaragüe, pobre Chaco si se acaba el agua de sus vertientes”.

No se trata de temores azarosos, tanto guaraníes como expertos han advertido el riesgo de proyectos en pleno cerro. Temen especialmente que la construcción del túnel que acortaría la carretera Caraparí – Campo Pajoso destruya las venas principales de agua y desate una catástrofe. El proyecto para perforar la montaña y abrir un túnel de 1.200 metros cuenta con financiamiento (10 millones de dólares) y diseño final. Pero lo que no hay son estudios sobre flujos de aguas subterráneas del parque.

Ya hace 11 años hubo un antecedente con un túnel construido por Petrobras para una de las líneas del gasoducto que va a Brasil. Lo construyeron en el área este y meses después ocurrieron escurrimientos anómalos de agua y avalanchas de lodo en partes bajas de la serranía. “Estuve allí, y en medio del túnel fluía agua –dice Rodrigo Ayala de la ONG Prometa-, era evidente que se rompían venas acuosas. Pese a ello, para el nuevo túnel (dos o más veces mayor) se libra una batalla legal y social. En ella ya hubo desde movilizaciones de guaraníes, en contra, hasta presiones de transportistas, autoridades ediles y, se asegura, de las petroleras, a favor.

Por lo demás, la provisión de agua es recurrente sinónimo de frustración En las faldas del Aguaragüe se hallan tres de las obras que con más pompa anunciaron las autoridades a favor del pueblo guaraní: las represas de Caigua, Busuy e Itavicua. “Caigua ha sido un fracaso, mire, huela esta otra –dice el capitán Mendoza en Busuy-, ya no sirve ni para lavar ropa”. Un hedor a putrefacción impregna el entorno de la presa cuyas aguas fueron recubiertas por una capa verdosa.

Cálculos mal hechos no previeron la acumulación de materia vegetal en el dique y en menos de dos años colapsó. Pero Busuy “Chaco Seco”, estrenada en junio de 2007, no constituye el peor de los casos. Caigua, en el sector villamontino del Aguaragüe, fue también construida en 2007, cerca de pasivos ambientales y áreas de prospección. En el plazo de medio año empezó a ser contaminada por filtraciones petroleras.

A mediados de 2016, el laboratorio de la Universidad Juan Misael Saracho declaró las aguas de Caigua como no aptas para el consumo humano. Por ello, la actual construcción de la presa de Itavicua despierta más preocupación que esperanza entre los guaraníes. “Las empresas vienen, sacan sus utilidades y se van –dice Mendoza en Itavicua-, dos presas andan con problemas, a ver si esta resulta diferente”. Félix Gallardo, el ingeniero responsable de la obra, le responde: “Construí 24 y de ninguna tengo quejas”.

Una sombra se suma a los entuertos que afectan al agua del Aguaragüe y los cerca de 10 mil guaraníes que lo habitan. Se cruza con el agotamiento de las reservas de gas y los fracasos de los últimos proyectos de exploración como Timboy: la posibilidad de que las autoridades apuesten por proyectos de fracking (fractura hidráulica) en la zona (i).

Cuando le preguntamos en 2016 al presidente de YPFB, Guillermo Achá, sobre esta posibilidad, respondió: “Hay que tomar con mucho cuidado el tema de la recuperación secundaria, con el contexto actual. Es una tecnología que no es una exploración habitual, es más cara y hoy no sería tal vez conveniente realizarla. Sin embargo estamos realizando estudios de factibilidad en algunos campos, ya maduros, (para) poder contar con una recuperación secundaria.

Lo están haciendo YPFB Andina y YPFB Chaco (…). Tenemos la responsabilidad como YPFB y estamos haciendo las evaluaciones previas para, en el caso de que haya buenos resultados y tengamos una recuperación de producción comercial que pueda beneficiar tanto a la balanza de nuestra producción de gas y a la economía del país, poder realizarlo”.

Como es sabido, el fracking se caracteriza por utilizar grandes cantidades de agua dulce para la recuperación de hidrocarburos. Y el agua en la zona empieza hasta por el nombre del segundo cerro rico boliviano.

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